Durante el proceso de aprendizaje en las escuelas, es normal encontrarnos con estudiantes muy animados, otros distraídos o frustrados e incluso con algunos que se sienten incapaces de realizar una determinada tarea. Inclusive, a lo largo del año, vemos que su energía va transformándose y su forma de participar ya no es la misma. Ante ello, como docentes es válido plantearnos las siguientes interrogantes ¿por qué cambian su energía y confianza al aprender? y ¿cómo mantenerlos motivados?
LA MOTIVACIÓN DURANTE EL APRENDIZAJE
La motivación es un proceso complejo y puede estar influenciado por las ideas y creencias que tienen los estudiantes sobre sí mismos y su capacidad para afrontar los retos escolares. Por ello, debemos brindarles mensajes empáticos que les permitan tener un conocimiento real sobre su rendimiento y sobre las oportunidades de cambiar su desempeño y aprendizaje.
En ocasiones, un estudiante realiza una tarea con entusiasmo y disfrute porque reconoce que esta es desafiante, interesante e inclusive importante. Pero, otras veces, también la hace porque busca recibir un premio, recompensa o para evitar un castigo
Como podemos ver, a pesar de que un estudiante se mantenga motivado hacia el logro de la tarea y cumpla con lo solicitado, no necesariamente las emociones y afectos durante el desarrollo de la actividad promueven su bienestar. Por ello, es importante que, como docentes, generemos condiciones óptimas que ayuden a nuestros estudiantes a experimentar el aprendizaje con disfrute y satisfacción.
CÓMO PROMOVER LA MOTIVACIÓN Y CONFIANZA PARA EL APRENDIZAJE
A continuación, mencionamos algunas recomendaciones y estrategias que puedes aplicar para promover la motivación de los estudiantes, y emociones agradables durante su aprendizaje:
- Propón tareas o actividades que sean desafiantes: procura que estén al nivel de sus habilidades, evitando que sean muy exigentes y puedan llevarlos a perder la confianza en su capacidad de enfrentar la tarea, o que sean muy aburridas y pierdan el interés.
- Observa y pregunta cómo se sienten antes, durante y después de realizar la actividad: recoge sus opiniones y emociones, empatiza con ellas. Por ejemplo, puedes mencionar: “Es normal que la tarea sea compleja para algunos y para otros sea más sencilla, y tal vez necesitamos distintos recursos para lograrla”.
- Utiliza un lenguaje que los invite a participar e involucrarse: háblales con entusiasmo sobre el desafío, mantente atento a sus necesidades y disponible para resolver las dudas que tengan o brindar el apoyo que requieran.
- Brinda información constantemente sobre su avance: retroalimenta su desempeño de manera empática, señalando aspectos positivos y aquellas cosas específicas que pueden hacer para mejorar.
Recuerda que el error es siempre una oportunidad de aprendizaje y es importante que tú y los estudiantes lo sientan así. Si quieres conocer más sobre cómo fortalecer la motivación y confianza de los estudiantes durante el proceso de aprendizaje, te recomendamos ver el segundo capítulo de nuestra serie “Fortaleciendo Habilidades Socioemocionales”, aquí: