Ubicado estratégicamente en las costas del valle de Chicama, el complejo arqueológico El Brujo es un sitio de inmenso valor histórico. Este yacimiento fue sucesivamente ocupado por diferentes grupos humanos a lo largo de aproximadamente 14,000 años, dejando un registro arqueológico extraordinariamente rico. Actualmente, la Fundación Wiese tiene a su cargo la labor de asegurar su investigación, conservación y puesta en valor, en mérito a la alianza formal que mantiene con el Ministerio de Cultura del Perú desde hace más de 35 años. Es gracias a este sostenido compromiso que los especialistas pueden continuar desentrañando y compartiendo las evidencias de la secuencia temporal más larga de la historia de la costa peruana.
En esta nota te contaremos en qué consisten las labores de investigación en el complejo arqueológico El Brujo.
¿Qué es la investigación arqueológica?
La investigación se define como un proceso metódico que nos permite obtener conocimiento, comenzando por la identificación de un problema y la subsiguiente búsqueda de soluciones. En el campo de las ciencias sociales, la arqueología ocupa un lugar particular, al estudiar las sociedades del pasado mediante el análisis de sus vestigios materiales. Así, sus investigadores se enfrentan a un doble reto: por un lado, deben representar la complejidad de una sociedad ya extinta y, por otro, extraer la mayor cantidad de información posible de restos extremadamente frágiles.
A pesar de ello, resulta crucial para la arqueología la exposición y el registro minucioso de los contextos, entendidos como la ubicación y disposición de los objetos develados durante las labores de excavación. Esta práctica es indispensable para identificar las actividades sociales del pasado. Adicionalmente, la determinación de la superposición de contextos nos permite establecer la secuencia cronológica de los eventos y, de este modo, comprender mejor el pasado. Por último, la reiteración de la aparición de ciertos objetos y contextos es lo que nos revela los patrones de conducta de las sociedades antiguas.
El Protocolo General de Investigación Arqueológica
Para garantizar una óptima recuperación de datos en el campo y su posterior procesamiento en el laboratorio, la investigación arqueológica requiere criterios y procedimientos estandarizados. Consciente de esta necesidad, la Fundación Wiese implementó un Protocolo General de Investigación Arqueológica. Este protocolo es clave porque define las líneas de acción y asegura lineamientos metodológicos unificados en todas las intervenciones realizadas en el complejo arqueológico El Brujo.
Las líneas de investigación
También se han establecido diversas líneas de investigación fundamentales, que abarcan desde el análisis de la evidencia funeraria, hasta la gestión de recursos naturales y la producción de objetos. Estos enfoques son esenciales para comprender mejor los modos de vida de las sociedades antiguas, y enfatizan la necesidad de una cronología precisa, obtenida a través de la técnica de radiocarbono.
El trabajo en alianza
Con el objetivo de fomentar investigaciones de vanguardia, la Fundación Wiese ha ejecutado proyectos colaborativos con destacadas instituciones académicas e investigadores, tanto a nivel nacional como internacional. Esta estrategia ha generado un impacto significativo, al permitir la optimización de resultados gracias al desarrollo de nuevas metodologías y la implementación de innovaciones tecnológicas. Estas contribuciones son fundamentales para lograr una comprensión más profunda de las sociedades andinas a lo largo del tiempo.
De esta manera, la Fundación Wiese reafirma su compromiso de enriquecer el entendimiento sobre las mujeres y los hombres que habitaron el Perú antiguo. Esto se logra tanto mediante su participación en espacios académicos como a través de la divulgación activa de este conocimiento al público general.