La escucha activa es una habilidad fundamental en el ámbito educativo que promueve una comunicación efectiva entre docentes y estudiantes, fomenta la empatía y contribuye a crear un ambiente de aprendizaje inclusivo. En este artículo, exploraremos qué es la escucha activa, los tipos que existen y las mejores técnicas para desarrollarla.
¿Qué es la escucha activa?
La escucha activa es una práctica consciente que consiste en escuchar para comprender y no solo para oír. Se encuentra dentro de la categoría de la escucha empática, ya que requiere atención plena, empatía y la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona.
En términos simples, la escucha activa implica concentrarse completamente en el mensaje del interlocutor, dejando de lado distracciones, juicios o pensamientos propios. Una técnica clave para practicar la escucha activa es el parafraseo, que asegura que el mensaje haya sido entendido correctamente.
Características de la escucha activa
Esta práctica posee las siguientes características:
- Uso de preguntas abiertas: Ayudan a profundizar la conversación y a comprender mejor al interlocutor.
- Parafraseo y resumen: Repetir o resumir el mensaje para confirmar la comprensión.
- Ausencia de juicio: Dejar de lado sesgos personales para escuchar con mente abierta.
- Paciencia y atención plena: Escuchar sin apresurarse a interrumpir o responder.
- Comunicación no verbal positiva: Mantener contacto visual, asentir con la cabeza y adoptar un lenguaje corporal receptivo.
- Eliminación de distracciones: Brindar atención total al interlocutor sin usar el móvil u otros dispositivos.
Tipos de escucha activa
Existen diversos tipos de escucha activa. En el ámbito de la educación, estos son los más relevantes.
- Escucha reflexiva: Se enfoca en comprender profundamente el mensaje del hablante y devolverle un resumen de lo escuchado.
- Escucha empática: Busca conectarse emocionalmente con la otra persona. En el aula, esto puede ayudar a los estudiantes a sentirse comprendidos,
- especialmente en momentos de estrés o conflicto.
- Escucha apreciativa: Consiste en valorar el contenido de lo que se dice, ya sea una historia, un argumento o una idea creativa .
- Escucha crítica: Aunque menos común en el aula, es útil para evaluar información o argumentos en debates o proyectos.
¿Cuáles son las técnicas para mejorar la escucha activa?
La escucha activa es una que puede desarrollarse y perfeccionarse con práctica constante. Estas son algunas técnicas clave para lograrlo:
Evitar interrupciones
En lugar de interrumpir con comentarios o ideas propias, escucha atentamente hasta que la otra persona termine de hablar. Por ejemplo,si un estudiante explica por qué no completó una tarea, permite que termine antes de ofrecer consejos o soluciones.
Escucha sin emitir juicio
En un entorno educativo, es importante evitar los prejuicios. Si un estudiante da una opinión controvertida, en lugar de refutarla de inmediato, puedes decir: «Interesante perspectiva, ¿puedes explicarlo con más detalle?».
Parafrasear
Repetir lo que alguien ha dicho con otras palabras ayuda a garantizar que el mensaje fue entendido correctamente. Por ejemplo, si eres un padre y tu hijo te dice que está estresado por los exámenes, podrías responder: “Parece que te sientes abrumado con todo lo que tienes que estudiar, ¿cierto?”.
Demuestra comunicación no verbal positiva
El contacto visual, las expresiones faciales y la postura corporal juegan un papel importante en la escucha activa. Por ejemplo, gestos como asentir con la cabeza mientras un estudiante habla genera confianza y refuerza la interacción.
Realiza preguntas específicas y abiertas
También puedes recurrir a realizar preguntas abiertas:
- «¿Qué opinas de esta actividad?»
- «¿Cómo te hace sentir este desafío?»
- «¿Qué crees que podríamos hacer juntos para mejorar esta situación?»
¿Cuáles son los beneficios de la escucha activa en la educación?
Practicar la escucha activa en el aula ofrece múltiples ventajas tanto para docentes como para estudiantes:
- Fomenta la confianza: Los estudiantes sienten que sus ideas y emociones son valoradas.
- Mejora el aprendizaje: Escuchar activamente permite a los docentes identificar mejor las necesidades y fortalezas de los estudiantes.
- Desarrolla habilidades sociales: Los estudiantes que observan la escucha activa aprenden a replicarla en sus interacciones personales.
- Reduce conflictos: Escuchar sin juicios ayuda a resolver malentendidos y promueve un ambiente de armonía.
Descubre más recursos gratuitos
La escucha activa no solo mejora la comunicación en el ámbito educativo, sino que también fomenta un ambiente de aprendizaje positivo e inclusivo. Aplicar las técnicas y estrategias mencionadas no solo fortalece la relación entre docentes y estudiantes, sino que también enriquece el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Si estás interesado en más consejos para mejorar la convivencia y el clima en el aula, consulta los recursos gratuitos que ofrece la Fundación Wiese aquí: https://www.fundacionwiese.org/calidad-educativa#
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: