El 25 de septiembre de 2015, 193 países de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el cual incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El objetivo principal de estas son poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad. De esta manera, la comunidad internacional quedó comprometida a cumplir y enfrentar estos desafíos siguiendo tres importantes rutas o tipos de desarrollo sostenible, los cuales son:
- Sostenibilidad económica.
- Sostenibilidad social.
- Sostenibilidad ambiental.
Sostenibilidad económica
La sostenibilidad económica es importante para que la sociedad pueda mantenerse financieramente, siempre respetando los otros dos tipos de sostenibilidad (la social y la ambiental). La COVID-19 ha alterado millones de vidas y ha puesto en riesgo la economía mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una recesión mundial similar o peor que la de 2009. Por ello la ONU elaboró una hoja de ruta para apoyar a los países en su camino hacia la recuperación social y económica. Entre estas destacan:
- Garantizar que los servicios de salud esenciales continúen disponibles.
- Promover la protección social y servicios básicos.
- Proteger empleos y apoyar a pequeñas y medianas empresas, y a los trabajadores del sector informal.
- Promover estímulos fiscales y financieros para que las políticas macroeconómicas funcionen en favor de los más vulnerables.
- Promover la cohesión social e invertir en sistemas de respuesta y resiliencia impulsados por las comunidades.
Sostenibilidad social
Este tipo de desarrollo sostenible involucra el bienestar de la población o comunidad. En ese sentido, la actividad económica que se desarrolle no debe destruir el entorno de la comunidad en donde se lleve a cabo, ni su estilo de vida ni su cultura.
De acuerdo a lo estipulado con la ONU, el desarrollo social inclusivo abarca un amplio abanico de temas, entre otros, la eliminación de la pobreza, la reducción de las desigualdades, la creación de empleo, la promoción de las cooperativas, la familia, el rol de la sociedad civil, la tercera edad y el envejecimiento de la sociedad, la juventud, la discapacidad y los pueblos indígenas.
Sostenibilidad ambiental
Con el crecimiento de la población mundial, también aumenta la demanda de energía accesible, y una economía global dependiente de los combustibles fósiles está generando cambios drásticos en nuestro clima. Por ello, la ONU recomienda invertir en fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y termal y optimizar la productividad energética.
A diferencia del modelo anterior, que explota los recursos naturales sin considerar que estos son un bien limitado, este modelo de desarrollo no pretende la explotación de estos, sino su manejo. En ese sentido, se busca que el uso de recursos naturales permita la regeneración de los ciclos ecológicos.
¿Cómo motivar el desarrollo sostenible?
El comportamiento de los individuos debe cambiar para motivar el desarrollo sostenible; en ese sentido, la sociedad debe promover valores que vayan con la ética y al mismo tiempo desalentar aquellos comportamientos que estén en contra del desarrollo sostenible.
En ese contexto, es oportuno:
- Exigir la conservación de los recursos naturales.
- Alentar el desarrollo de prácticas adecuadas para el manejo de recursos ambientales.
- Que los proyectos de desarrollo económico consideren las características de los ecosistemas y las necesidades de la población.
- Una adecuada gestión de los desechos, no solo para proteger el entorno medioambiental, sino también la salud de las comunidades involucradas.
- Exigir que los proyectos tengan políticas ambientales coherentes.
Las políticas ambientales de los proyectos
Este es un tema importante para el desarrollo sostenible sobre el cual se debe hacer hincapié en cada proyecto. Y es que, aunque se habla de sostenibilidad (en muchas regiones del país y el mundo) todavía siguen prevaleciendo proyectos tradicionales que no tienen en cuenta el medioambiente ni la sociedad. Es importante, en este contexto, que la población conozca las leyes que la amparan para que puedan defender sus derechos; estas no solo permiten la conservación de sus ecosistemas, sino que también protegen sus recursos naturales.
Para lograr este desarrollo sustentable, es necesario que haya cambios estructurales que nos permitan concebir nuestras vidas, y la de generaciones futuras, en un entorno seguro. Para la ONU “la descentralización del poder, la gestión de los sectores comunitarios y un rescate de prácticas productivas tradicionales” son algunos de los puntos de partida para iniciar el proceso transformador.