La Fundación Wiese ha abierto un espacio digital llamado Creciendo Entre Docentes, el cual forma parte de su programa Calidad Educativa. Esta serie tiene por finalidad reflexionar acerca de los desafíos y emociones de las y los docentes en el contexto actual.
En el segundo capìtulo de la serie, reflexionamos sobre la importancia del afecto en el aislamiento. Para ello, hemos invitado a Esmeralda Campos, Directora I.E. 6012 Lurín, quien comparte una experiencia aleccionadora, edificante, acerca de la importancia del afecto del cual podemos aprender.
De acuerdo a lo comentado por la coach Maggie Jordán, en esta complicada coyuntura, el aislamiento afecta directamente a nuestras emociones, ya que como bien sabemos el ser humano es un ser naturalmente social, por ello, cuando interactuamos con otras personas nos sentimos bien, ya que en el cerebro se libera un químico llamado oxitocina, el cual es conocido como la hormona responsable del amor.
Reto: mantenernos presentes en la mente de los alumnos
Todos necesitamos generar oxitocina, señala Maggie Jordán. Para lograrlo, podemos utilizar los medios y recursos que tenemos a la mano. Recordemos en épocas pasadas, la alegría que nos generaba recibir esa carta escrita que enviaba nuestro familiar lejano, aquella llamada de esa persona con la que hacía mucho no conversábamos. Hoy contamos con otros medios para lograr el mismo efecto y demostrar afecto. El reto es mantenernos presentes en la mente de nuestros alumnos y que esa presencia sea un recurso rico en afecto para cada uno de ellos.
¿Cómo podemos demostrar nuestro afecto?
El segundo capítulo nos brinda algunas recomendaciones para poder generar el vínculo entre docentes y alumnos a pesar de la distancia. Por ejemplo, hacer un video corto afectivo donde se demuestre que estamos presentes desde la empatía y la vulnerabilidad. Conocemos las dificultades que podemos enfrentar para poder comunicarnos con nuestros alumnos, sin embargo, ¿qué pasaría si grabamos videos muy cortos, de 1 minuto o medio minuto? En ellos podrías entregar un mensaje de afecto y ánimo a tus alumnos y recordarles que cuentan contigo, y que estás ahí para apoyarlos.
Recuerda que está demostrado que el afecto mejora el aprendizaje y permite un desarrollo más seguro y fortalecido desde lo físico y lo emocional.
El siguiente capítulo de la serie Creciendo Entre Docentes trata de La capacidad de adaptarse frente a la incertidumbre. No se lo pierda.