Finaliza, con positivos resultados, uno de los principales proyectos del programa de Calidad Educativa de Fundación Wiese.
Tras 5 años de arduo trabajo, el proyecto “Mejor clima escolar, mejores aprendizajes”, del programa de Calidad Educativa de Fundación Wiese, culminó el viernes 17 de diciembre con un evento en donde estuvieron presentes representantes de las escuelas participantes, especialistas y el equipo de Fundación Wiese.
El objetivo, durante todo este tiempo de trabajo, fue convertir a las instituciones educativas del proyecto en espacios de aprendizaje auténtico y de transformación, trabajando principalmente con las maestras y los maestros, para que posteriormente los resultados se vieran reflejados, de manera sostenible, en una enseñanza de calidad hacia sus estudiantes.
“Vamos a recordar cada uno de estos espacios de trabajo con mucho cariño. Saber que hemos podido llegar a miles de niños y que llegaremos a muchos más en el futuro, a través de ustedes, es uno de nuestros mejores regalos. Estoy segura de que este proyecto que nos ha enriquecido mutuamente transformará a muchos de sus alumnos en buenos ciudadanos que convertirán al país en un mejor lugar para todos, en un Perú más equitativo, solidario y con una identidad fuertemente afianzada”, dijo Ingrid Claudet, gerente general de Fundación Wiese, durante la clausura del proyecto.
Además, Claudet informó que el trabajo desarrollado a lo largo de todos estos años, a favor de las escuelas focalizadas del proyecto de Pachacamac y Lurín, servirá de experiencia para el avance de otra intervención del programa de Calidad Educativa que se alista para iniciar sus actividades el próximo año, en Ascope, en la región La Libertad.
«Todo esto que hemos aprendido juntos lo vamos a llevar a otro lugar, a otras escuelas que ustedes también contribuirán a mejorar. Nos vamos, llevando muchos aprendizajes, con el propósito de aplicarlos y enriquecerlos en otro territorio: la provincia Ascope, en La Libertad, en el norte del país. Allí, incorporaremos un componente adicional, asociado a la identidad y al sitio arqueológico que gestionamos hace mucho tiempo. Estoy segura de que, al igual que aquí, también vamos a poder transformar muchas vidas«, agregó Ingrid Claudet.
Por su parte, Ana María Huánuco, acompañante de Fundación Wiese, contó acerca de la experiencia vivida a lo largo de este tiempo con los docentes involucrados en el proyecto.
«El acompañar a docentes ha sido toda una experiencia para nosotras. Formar parte del proyecto nos ha transformado y nos ha hecho mejores personas, mujeres, maestras y madres. Nuestro mayor deseo como acompañantes es que lo aprendido se multiplique a favor de la educación y que lo logrado sea beneficioso para nuestros estudiantes«, señaló la experimentada acompañante de Fundación Wiese.
También, Rosa Rondinel, directora de la I.E. Santa María Reyna, tuvo sentidas palabras acerca del trabajo que Fundación Wiese realizó junto a los docentes. «Agradecemos a Fundación Wiese por todo el apoyo durante estos años, por ese corazón lleno de amor, de bondad, empatía que ha logrado que nos desarrollemos como personas. Hemos practicado lo aprendido con nuestros estudiantes y hemos mejorado los aprendizajes. Hemos sentido los resultados en nuestras aulas. Cada vez que los recibíamos salíamos muy fortalecidos. Como ustedes nos han tratado, nadie lo ha hecho”, declaró Rondinel.
Sobre el proyecto
En 2016, Fundación Wiese implementó el proyecto “Mejor clima escolar, mejores aprendizajes”, en el marco de su programa de Calidad Educativa, buscando contribuir con la mejora del clima emocional y cognitivo, para optimizar los procesos de enseñanza en las escuelas públicas de educación básica del país.
Los espacios donde se desarrolló el proyecto fueron las instituciones educativas de los distritos de Pachacamac y Lurín, de la región Lima. El objetivo fue promover un clima escolar positivo a través de valores como el respeto, la empatía, el buen trato y la no violencia durante la convivencia pedagógica.
Por lo tanto, transformar las instituciones educativas, pensadas hasta ese momento como espacios de trabajo, en lugares acogedores donde los maestros se sientan protegidos, valorados y acompañados, fue uno de los principales retos que asumió Fundación Wiese.
Línea de acción
Para lograrlo, la fundación destacó a especialistas en cada escuela focalizada por el proyecto, con la misión de fortalecer las prácticas pedagógicas de los docentes, a través del acompañamiento dentro de las aulas, micro talleres y dinámicas disciplinares, es decir mediante la priorización de la formación situada y en servicio.
Además, se desarrollaron actividades presenciales y digitales para fortalecer las habilidades socioemocionales de los maestros, con el objetivo de que sean capaces de manejar sus propios sentimientos, identifiquen las emociones de los demás y puedan adoptar una actitud positiva ante la vida.
Es importante señalar que también se contó con el apoyo de diversos especialistas reconocidos del sector para abordar capacitaciones específicas. De esta manera, se contribuyó con la innovación pedagógica y el cierre de brechas entre maestros y directivos de las escuelas. Particular relevancia tuvieron las capacitaciones, especialmente diseñadas por dos de los mejores especialistas del medio y dirigidas por ellos mismos a los maestros y directivos del proyecto, con el propósito de fortalecer sus capacidades en el manejo de las TICs, en el marco de los desafíos impuestos por la pandemia y la educación a distancia.
El trabajo también se centró en la consejería para los padres de familia. Junto a ellos, se reflexionó sobre las experiencias, creencias y estereotipos que existen en la relación padre – hijo. De esta manera, se fortalecieron los vínculos de crianza parental y las capacidades de protección basadas en el amor incondicional.
5 años de buenos resultados
Los resultados, tras el monitoreo y evaluación del proyecto, señalan que 160 docentes en promedio, 23 directores, y 14 maestras formadas como acompañantes pedagógicas de primer nivel fueron beneficiados directamente cada año por las actividades del proyecto, así como también se impactó a un total de 1.200 padres de familia, a través de la consejería parental.
A través de todos ellos, la Fundación Wiese tocó positivamente la vida de 3000 alumnos y sus familias, cada año y lo seguirá haciendo en el futuro. ¡Muchas gracias a todos los que hicieron que esto posible!