La economía mundial se conduce hacia nuevos rumbos donde los cambios son sustanciales y rápidos. Un ejemplo muy especial es el crecimiento exponencial de las empresas o emprendimientos sociales alrededor del mundo.
Según el último reporte del Índice Global de Emprendimiento, realizado por el Instituto Global de Emprendimiento y Desarrollo (GEDI) y la Red Global de Emprendimiento, se reporta que el emprendimiento va en aumento a nivel mundial y este tipo de ecosistemas son favorables para la generación de más empleos. En el caso de Latinoamérica, el Perú ocupa el cuarto lugar.
Pero, ¿qué es lo que hace tan atractivo este panorama empresarial para los jóvenes, empresarios e inversionistas? La respuesta es clara: la nueva economía está basada en las personas, es decir, en el crecimiento de un grupo y los beneficios que trae consigo. Y al decir “personas”, no sólo nos referimos a comunidades sino también al entorno alrededor de ellas como el medio ambiente, los problemas de la comunidad, entre otros.
Los modelos de negocio a los que nos referimos constituyen un beneficio social mientras mantiene la riqueza en la comunidad que consiguen combinando aspectos de la economía tradicional y la autosostenibilidad. Los emprendimientos sociales se apoyan en algo más que el dinero. Es la necesidad de crear un futuro mejor para todos.
¿Qué beneficios trae trabajar con un emprendimiento social?
La tendencia del sector empresarial es tener un régimen socialmente responsable, de esta manera incorporan los emprendimientos sociales a su cadena de valor, pues así no solo generan un impacto positivo en su compañía sino también en la comunidad. A diferencia de los proyectos de responsabilidad social que pueda tener una empresa privada, este tipo de relaciones beneficia a ambos actores.
En el Perú, muchas empresas están adaptándose a esta manera de hacer negocios, pues los emprendimientos sociales ofrecen productos o servicios de calidad que generan bienestar en la comunidad. Es así como la reputación y/o el valor de marca de una empresa privada se vuelve positiva de manera interna y externa.
Otro beneficio es la generación de impacto a largo plazo el cual puede ser medido con distintos indicadores como: generación de empleos, mejora de la calidad de vida de poblaciones vulnerables o con bajos recursos, el uso eficiente de los recursos naturales, entre otros. Los emprendimientos sociales aportan valor suministrando productos y/o servicios cumpliendo así los objetivos comerciales de las empresas.
Para construir una relación comercial positiva, las empresas y los emprendimientos sociales deben compartir objetivos sociales y económicos similares ya que los resultados se verán a mediano y largo plazo.
¿Tienes un emprendimiento social? El Fondo Emprendedor, de Fundación Wiese y operado por NESsT, se encuentra en la búsqueda de emprendimientos que quieran generan el cambio verdadero en su comunidad. Si cumples con todos los requisitos, postula aquí. La convocatoria cierra el 22 de febrero del 2019. ¡No te pierdas esta oportunidad!