¿Cuántas veces has sentido que no escuchan lo que dices? Darnos cuenta de que no somos escuchados es fácil; sin embargo, ¿cuántas veces no hemos prestado atención a lo que otros tienen para decirnos? Escuchar activamente a otros es más que dejar que hable sin parar; implica mucho más y es clave para una comunicación efectiva. En esta publicación, te contamos acerca de la escucha activa y cómo ponerla en práctica.
¿Qué es la escucha activa?
La escucha activa es una habilidad fundamental de la comunicación interpersonal. Se trata de prestar atención plena y consciente a lo que la otra persona está expresando, tanto verbal como no verbalmente. Implica no solo oír las palabras que se dicen, sino también entender el significado detrás de esas palabras. La escucha activa requiere estar presente en el momento, sin distracciones, mostrando interés genuino en lo que la otra persona tiene que decir.
Cuando escuchamos activamente, nos comprometemos a entender los pensamientos, sentimientos y emociones del otro. Esto significa evitar las distracciones, como revisar el teléfono o pensar en nuestra respuesta mientras la otra persona habla. En cambio, nos enfocamos en captar el mensaje completo, incluyendo el tono de voz, las expresiones faciales y el lenguaje corporal.
Ejemplo de cómo NO aplicamos la escucha activa
Imaginemos una situación en el aula. Una estudiante se acerca a su profesora para compartir una dificultad que está enfrentando con una tarea. Mientras la estudiante habla, la profesora revisa su celular y responde de manera superficial, asintiendo ocasionalmente, pero sin enfocarse realmente en lo que la estudiante está expresando.
En este caso, la profesora, al no escuchar activamente, pierde información valiosa sobre las preocupaciones de la estudiante. Podría interpretar mal la situación y no captar las señales emocionales que indican la necesidad de apoyo adicional. Esta falta de escucha activa puede hacer que la estudiante se sienta desatendida y frustrada, afectando la calidad de la comunicación y su confianza en el aula.
¿Cómo puedes practicar la escucha activa?
Practicar la escucha activa puede mejorar significativamente nuestras interacciones con los demás. Aquí tienes algunas acciones que puedes realizar:
- Elimina distracciones: Durante conversaciones importantes con tus estudiantes, apaga los dispositivos electrónicos y enfoca toda tu atención en la persona que está hablando. Esto ayuda a crear un ambiente propicio para el aprendizaje.
- Haz contacto visual: : Mantén contacto visual con tus estudiantes, ya que esto demuestra interés y atención. Evita mirar alrededor del aula o tu reloj mientras alguien habla; esto fomenta una conexión más profunda.
- Muestra interés verbalmente: Haz preguntas para aclarar y profundizar en lo que el estudiante está diciendo. Esto no solo demuestra que estás comprometido a entender su perspectiva, sino que también anima a los estudiantes a expresarse más.
- Valida las emociones: Reconoce los sentimientos de la otra persona. Puedes decir cosas como «Entiendo que te sientes molesto por eso» o «Parece que estás frustrado». Esto ayuda a crear un ambiente de confianza.
- No interrumpas: Deja que tus estudiantes terminen de hablar antes de contestarles o responderles. Las interrupciones pueden hacer que se sientan menospreciados o que crean que su punto de vista no sea importante.
- Repite y resume: Repetir en tus propias palabras lo que se ha compartido ayuda a asegurar que comprendes correctamente el mensaje. Esto no solo demuestra que estás escuchando activamente, sino que también hace que el estudiante que te habla se sienta valorado y comprendido.
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