Este ha sido un año escolar diferente para la mayoría de los estudiantes y es que luego de dos años de llevar clases remotas, volvieron a las aulas. Para algunos la adaptación ha sido más fácil que para otros; sin embargo, para aquellos a quienes les ha costado – y les está costando – más trabajo adaptarse, es necesario implementar nuevas técnicas para que aprendan de forma eficaz.
Comprender que cada niña o niño ha vivido situaciones diferentes
Los docentes deben comprender que cada estudiante ha pasado por situaciones diferentes en sus casas. Muchos alumnos han perdido seres queridos durante la pandemia, otros han estado en aislamiento total durante este tiempo; entre otras situaciones complejas.
Todas estas experiencias impactan en el proceso de aprendizaje y es importante saber que es difícil que haya un proceso de aprendizaje correcto mientras que internamente tienen sus ideas o pensamientos en otro lugar, producto de emociones desbordadas que son difíciles de asimilar.
El reto de los docentes es poder acoger, de forma sensible y empática, las diversas emociones con las que los alumnos llegan al aula; de esa manera, lograremos que se sientan cómodos para expresar lo que sienten.
En este contexto, proporcionarles un espacio donde se sientan escuchados, guiados correctamente y en el que puedan intercambiar experiencias vividas, así como sus preocupaciones y expectativas es vital para el proceso de volver a aprender al ritmo pre-pandemia.
Todas estas acciones ayudan a generar alivio, comodidad, seguridad y confianza, aspectos necesarios para que los estudiantes estén en calma, disfruten de las clases y puedan aprender.
¿Cómo organizar espacios de escucha y acogida en el aula?
Si eres docente y quieres crear espacios seguros en el aula de clases, te aconsejamos lo siguiente:
- Organiza espacios lúdicos.
- Promueve la escucha y las conversaciones empáticas.
- Organiza espacios vivenciales.
- Fomenta su expresión a través del arte y lo simbólico.
Ejemplos de cómo organizar espacios de escucha y acogida en el aula
A continuación, compartimos un ejemplo de cómo organizar este tipo de espacios:
- Forma un círculo en el aula. De esa manera todos podrán mirarse y oírse.
- Empieza la reunión abordando la importancia de escuchar con respeto y cariño lo que cada uno tiene por decir.
- Motiva a los estudiantes a que compartan experiencias vividas. Puedes ayudarlos construyendo una lista de situaciones por las que pueden haber pasado.
- Define si las experiencias se compartirán de forma anónima o no. Para romper el hielo, puede ser útil motivarlos a escribir anónimamente las situaciones que han experimentado y recolectar sus notas en una caja.
- Revisa cada situación con la clase y pide que indiquen qué sintieron y qué les ayudó a sentirse mejor.
- Sintetiza las respuestas y ayuda a identificar qué estrategias pueden replicar para sentirse mejor; entre ellas: hablar con otros para expresar cómo se sienten, jugar para despejar la mente, etc.
Pon a prueba esta estrategia en el aula para que puedan reconocerse entre sí, fortalezcan su empatía y sensibilidad. Además, tendrán una lista de acciones que los ayudarán a enfrentar las dificultades y fortalecerá su sentido de comunidad y soporte.
Te invitamos a ver este y todos los capítulos de nuestra serie “Fortaleciendo Habilidades Socioemocionales” aquí. Asimismo, puedes conocer más acerca del Programa Calidad Educativa de Fundación Wiese en el siguiente enlace.