En el pasado, el curso de geografía se asumía con una “mirada enciclopédica” y era un curso memorístico, se limitaba a que los estudiantes pudieran reconocer dónde estaban y qué elementos había en tal o cual lugar, sin identificar y comprender las relaciones de todos los elementos de un territorio. Sin embargo, esto ha cambiado ya que el nuevo currículo exige reconocer tanto los espacios naturales como los que han sido transformados, identificando los problemas que hay en los diversos escenarios, es decir territorios. Estas son algunas de las ideas manifestadas por Olga Cayllahua, Educadora y Geógrafa de la PUCP, en una entrevista con Lilia Calmet, directora de Proyectos Educativos de la Fundación Wiese, en el marco de la primera temporada de serie de Diálogos Educativos.
La destacada educadora señaló que los estudiantes deben aprender a cuestionar, razonar y criticar las situaciones que ven cotidianamente, pero se hace imprescindible poder identificar el territorio que habitan con todas las dinámicas sociales y naturales que allí se dan e influyen, con sus problemas, limitaciones y posibilidades. En el caso del transporte, por ejemplo, instó a que no solo deben limitarse a reconocer las vías principales o cómo es el aparato automotor. Necesitan analizar los problemas que aquejan a la ciudad y presentar propuestas que mejoren la movilidad de las personas. De esta manera, los estudiantes ponen en práctica el pensamiento crítico, el razonamiento y la creatividad. Se asume a las y los estudiantes como agentes activos.
Liliana Calmet, Directora de Proyectos Educativos de la Fundación Wiese cuestionó sobre cómo la competencia de geografía puede ayudar a que se entiendan las perspectivas de los otros, entender que vivimos en un territorio compartido y que se deben establecer diálogos para comprender las necesidades de todos y todas. También, mencionó cuán fundamental es el concepto de actores sociales, el cual señala a los ciudadanos como los constructores de espacios con determinadas características.
La serie Diálogos Educativos fue la oportunidad perfecta para que tanto Liliana Calmet como Olga Cayllahua el desarrollo del pensamiento crítico. La educadora y Geógrafa de la PUCP puso como ejemplo la deforestación en el área amazónica, un problema que tiene diferentes dimensiones y actores sociales como el estado, los ciudadanos, los pueblos indígenas, y los empresarios. Ante ello, propone que los estudiantes asuman los roles en un diálogo abierto en los cuáles se reconozcan los puntos a favor y los puntos en contra.
La Directora de Proyectos Educativos de la Fundación Wiese señaló que es muy importante que los estudiantes vinculen el pensamiento crítico, el razonamiento y la comprensión profunda porque el pensamiento geográfico da elementos para no otorgar opiniones sueltas y sin mayor sustento. Posteriormente, Olga Cayllahua indicó que la competencia geográfica ayuda a que los estudiantes pueden plantear una posición crítica, formando su propia opinión, pero sustentando con determinadas investigaciones. La entrevistada finalizó su participación indicando que el tema ambiental invita a la reflexión, análisis y a tomar una postura, una acción.
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