El pensamiento crítico es todo planteamiento intelectual producto del análisis, interpretaciones y problematizaciones racionales acerca de las manifestaciones de la realidad, sus fenómenos, situaciones e ideas, para generar cuestionamientos, juicios y propuestas orientadas a la promoción de cambios y transformaciones en beneficio de la humanidad (Saladino García, A. 2012).
Sin pensamiento crítico, estaríamos regidos por la obediencia a ciegas en el que se nos dice todo lo que tenemos que hacer sin la necesidad de una justificación y seríamos incapaces de reconocer, más allá de lo que nos digan, lo que está bien de lo que no lo está.
Para Lucho Bretel, especialista en temas educativos y Asesor Pedagógico de Fe y Alegría, el pensamiento crítico debe surgir no solo sobre temas cuestionables, sino sobre cualquier cosa. Agrega que el pensar lógica y organizadamente es parte del pensamiento crítico.
Los problemas de la obediencia a ciegas para el pensamiento crítico
Muchas veces se dice que un niño bueno es un niño que obedece las reglas de sus padres, pero esto no es del todo cierto y es que se cae en lo que se denomina la “obediencia a ciegas” que es cuando el sujeto obedece sin cuestionar la norma ni a la autoridad, es decir sin pensar en la posibilidad de que la norma esté mal.
Esto puede ser bueno cuando son niños, y los padres son quienes los guían y quieren lo mejor para ellos, pero cuando se llega a la adolescencia y ya no son los padres, sino el líder del grupo de amigos el que tiene el poder, la obediencia a ciegas no es la mejor opción porque la persona no será capaz de decirle que “no” a su figura de autoridad, aun cuando esta lo aliente a hacer algo que no ingrese dentro de los estándares de “lo correcto”.
¿Cómo forma un niño obediente con pensamiento crítico?
Para que los niños sean obedientes y el pensamiento crítico se desarrolle, hay que partir porque no todos los límites sean igual de importantes. El “No” tiene que estar presente en la vida de los niños, pero no en todo lo que realicen, incluso el término, como prohibición solo debe restringirse a situaciones realmente importantes, aquellas donde la vida del niño peligre y evitarse en situaciones cotidianas.
En estas últimas es mejor preferir decir “no” sin decirlo ya que: “si todo es importante, todo pierde importancia. Tenemos que ser capaces de que aquellas cosas que de verdad son relevantes, que son esenciales para su seguridad y su salud o para el respeto hacia otras personas, destaquen” – Alberto Soler, reconocido psicólogo infantil.
¿Qué se logra al fomentar el pensamiento crítico en los niños?
Cuando las personas no hacen las cosas simplemente porque se les dice, sin ser conscientes de las razones detrás de la norma, no serán capaces de desarrollar el pensamiento crítico, por otro lado si este se fomenta, a la medida que los niños crecen, van a tener la capacidad de identificar lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto y así evitar comportamientos dañinos no solo consigo mismos, sino con quienes los rodean.
Fomentar el pensamiento crítico no es tarea fácil para los padres y es que para ello requieren tener en claro que la obediencia solo tiene que exigirse en aquellos aspectos que son realmente importantes.