A medida que los niños crecen necesitan aprender a respetar las reglas. Decirles que “NO” les permite establecer límites y les proporciona seguridad. Son los padres los responsables de que sus hijos entiendan y asimilen el “No” pues esta es una palabra que tiene mucha importancia en el hogar. Pese a ello su uso constante puede hacer que pierda significado en la población infantil, pero ¿por qué pasa esto y cómo solucionarlo?
¿Por qué el “No” deja de tener significado para los niños?
Cuando un término se vuelve costumbre la profundidad de su significado pierde sentido para quien lo escucha. Es así que, cuando los padres usan indiscriminadamente el “no”, tanto para asuntos verdaderamente importantes, como para otros que no lo son, los niños dejan de escucharlo.
Esto es negativo tanto para la educación de los pequeños, como para su seguridad ya que al dejar de oír y respetar el “no” de los padres, es que surgen las rabietas, los gritos, etc. Además el “No” deja de tener importancia para ellos en situaciones donde podrían estar en riesgo, es así que como la palabra deja de tener sentido para los pequeños, no harán caso tampoco cuando se les diga: “No hables con extraños” o “No me sueltes la mano en la calle”.
Entonces, ¿cómo decirle que NO a los niños?
Lo recomendable es que la palabra “No” solo sea usada en situaciones realmente importantes, incluso en solo aquellas donde exista peligro para los más pequeños, así también asociarán el “No” con su propia seguridad.
Para aquellas circunstancias menos riesgosas, lo mejor es decir que “no”, sin decirlo, mediante frases que sean positivas y permitan educar a los pequeños. Aunque claro, el “no” como negativa también es necesario para que los niños aprendan a lidiar con la frustración y a utilizar el término, a la vez, en determinados momentos de su vida; esto les servirá además para protegerse de malas influencias en su adolescencia y saber decir que “no” cuando sea necesario.
Al usar el “No”, sin incluir esta palabra, al corregir a los niños, los pequeños se sienten comprendidos y tienen la sensación de que tienen posibilidades de elegir, es decir un mayor control sobre lo que hacen. Una manera asertiva de decir que “no” sin decirlo es ofreciendo al niño opciones.
Aquí un ejemplo:
· En vez de decirle a un niño: “no vamos a jugar en el parque hoy”, sería mejor cambiar el enunciado por una pregunta que lo aliente a elegir como: ¿Qué tal si hoy jugamos en casa?