Si los niños de hoy son los ciudadanos del futuro, es importante revisar los valores que se imparten en las escuelas, centros de formación donde los alumnos transcurren gran parte de su infancia y adolescencia.
Hace 3 años, Lilia Calmet Böhme se convirtió en la Directora de Proyectos Educativos de la Fundación Wiese, con el objetivo de mejorar los aprendizajes, a través de una buena convivencia escolar en el aula, estableciendo vínculos afectivos entre los docentes y sus alumnos, para así forjar a los ciudadanos del futuro que el Perú necesita. La especialista considera que la educación es un agente transformador de vidas y la herramienta para convertir a adultos que impacten positivamente en sus comunidades.
Lilia Calmet considera que el tiempo que los estudiantes transcurren en un aula, cerca de ocho horas diarias, es el escenario propicio para convivir con diferentes personas. Cada persona es un mundo y tienen diferentes maneras de pensar. En el taller “Mejor clima escolar, mejores aprendizajes”, que es parte del programa Calidad Educativa, los alumnos y docentes aprenden tres grandes competencias:
1) Reconocerse los unos a los otros como sujetos de derecho.
2) Deliberar en asuntos públicos para generar pensamiento crítico con capacidad argumentativa.
3) Generar un mayor bienestar para todos.
La educadora es una convencida de que los docentes pueden sacar lo mejor de sus
alumnos con un buen acompañamiento. Este acompañamiento produce personas que
aportarán a la sociedad, que no discriminaran, que evitarán caer en prejuicios,
estereotipos o en roles específicos que no contribuyen.
La vida en el aula
Lilia Calmet explica que cuando un niño hace bulling lo que realmente está haciendo es rechazar la diversidad. “Un ejemplo de que la diversidad molesta es que los alumnos deben asistir a clases vestidos iguales: hombres con corte escolar y uniforme único. Niñas con moño en el cabello y falda. Parecerá un ejemplo tonto pero no lo es, en muchas escuelas se busca homogeneizar a los chicos y no potenciar sus propias características”, indica la educadora.
La experta señala que los docentes tienen que generar una convivencia escolar en la que los alumnos valoren la diversidad étnica, lingüística, de intereses, de religión, de orientación sexual para que cuando se desenvuelvan en sociedad puedan ser tolerantes. Los maestros deben trabajar con los estudiantes en el desarrollo de su autonomía emocional, en su toma de decisiones para la vida, pero también en la autonomía de pensamiento.
Lilia Calmet profundiza en el desarrollo del pensamiento crítico. Lo considera la base para que los ciudadanos pueden vivir democráticamente en una sociedad que se rige por los principios de la interculturalidad, la equidad de género y el reconocimiento de los derechos de todos.
Los adultos del futuro
Una buna convivencia escolar es la base para que los niños se conviertan en ciudadanos que puedan deliberar sobre asuntos públicos que convoquen a toda la sociedad. Es el rol de los docentes asegurar que los alumnos se asuman como sujetos de derechos y deberes.
En el marco del lanzamiento del Programa de Calidad Educativa, en abril de 2016, la Fundación Wiese inició el proyecto “Mejor clima escolar, mejores aprendizajes”. Este proyecto trabaja principalmente con directores, subdirectores y docentes de 14 escuelas públicas de Lurín y Pachacamac, y tiene como objetivo principal mejorar significativamente el clima institucional y la convivencia escolar para favorecer el desarrollo de mejores enseñanzas y aprendizajes.
La entrevista completa a Lilia Calmet puede ser leída aquí. Para saber más sobre el programa de Calidad Educativa de la Fundación Wiese dale clic aquí. Encuentra este y otros proyectos de la Fundación Wiese aquí.